Uno de los mejores ejemplos de lo que se pudiera considerar desarrollo sostenible es cuando se logra la vinculación de la agricultura a las energías renovables. Se trata de producir alimentos con la mínima afectación a los ecosistemas, con lo cual el crecimiento se hace palpable.
Nuestro equipo de ingenieros realizó el montaje de una sistema solar fotovoltaico de 3 kwh en un finca ganadera en el municipio Camagüey. Con ello, además de mejorar la calidad de vida de los agricultores, permite el abastecimiento de agua a la masa animal y el riego de los cultivos de una forma amigable con el medio ambiente.
Con la certeza de que cada día serán más los productores de alimentos que se sumen al cambio de la matriz energética, seguimos avanzando hacia el desarrollo sostenible.
